Sweet Love capitulo 3

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¿Salió sola por la noche?, ¿Con que clase de personas se estaba juntando?, ¿Te has fijado en como siempre estaba vestida?, ¿Acaso estaba borracha?,¿Se estaba drogando? ...

Fueron algunas preguntas que se escucharon en el velorio de Irina, se notaba que las señoras y los viejos no tenían otra cosa que hacer el día de hoy, la sangre de Myriam hervía con ganas de cerrarles el hocico a cada uno de ellos pero sabía que eso molestaría a la madre de Irina, que se estaba esforzando para que el velorio de su hija no se convierta en un campo de pelea, ya que eso solo conseguiría que la gente siga hablando de esto por mucho más tiempo.
-¿Quieres pasar a dar tu pésame?- Myriam se sorprendió al escuchar de repente la voz de la señora Navarro pero asintió amable ante su pregunta. Con paso lento y tembloroso Myriam se acercaba más al ataúd de su amada, no podía soportarlo, una parte de ella quería verla pero por otra parte estaba aterrada, después de esto ya no podría verla, ni escucharla, ni tocarla, pareciera que todo lo que habían vivido de un momento a otro se hubiera esfumado, como si no importara lo que sintieron o vivieron.

Un paso y ya estaba en frente del ataúd pero no lo suficiente como para ver el cadáver, entonces era momento de prepararse, Myriam tomó una gran bocanada de aire y la soltó lentamente "todo está bien, solo es Irina" mencionaba en su cabeza para desaparecer el miedo y entonces dió el último paso.
Tan tranquila, tan pacífica descansando eternamente y su rostro ya no expresaba nada. Al verla sus ojos empezaron a derramar lágrimas y su voz antes de poder hablar ya se estaba cortando -no puedo- Susurro para si misma, mirando el techo por qué le era casi imposible seguir mirando dentro del ataúd.
Myriam dejó caer un par de lágrimas hasta que se calmó -amor, ¿Que te hicieron?- mencionó limpiando las lágrimas que estaban en el cristal y al observarla se percató de algo inusual, en la muñeca de Irina estaba la pulsera de plata que se suponía que la usarían cuando regresará de la academia pero antes de que pudiera pensar algo más un ringtone sonó por la habitación, rápidamente sacó su teléfono para contestar la llamada que era de su padre y sin muchos rodeos solo le dijo que no se quedará mucho tiempo allí.
Molesta por su interrupción sólo cortó la llamada y se quedó mirando la pantalla de inicio por un rato, se fijó detrás de ella para saber si alguien la miraba y entonces abrió la cámara de su celular y le tomo una foto a Irina, fue rápida así que es probable que nadie más la allá visto. Cuando Myriam se alejó del ataúd para volver a su asiento se percató de un hombre que jamás había visto, los dos cruzaron miradas pero de esas que no duran mucho, para que no fuera incómodo Myriam bajo la mirada y allí la vió, la pulsera de plata.
"¿Por qué ese hombre está usando mi pulsera?" Pensaba confundida, Myriam solo se quedó en medio del pasillo observando la muñeca de ese extraño, con ganas de hacerle un millón de preguntas. Pero no puede hacer eso, solo se quedó quieta observando como ese hombre se acerca al ataúd de su amada sin poder decir nada.

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Myriam observó a la señora Navarro quien estaba saludando a las personas que entraban al lugar. -Disculpe, pero ¿Quién es él?- mencionó señalando al tipo que estaba en el ataúd, la señora miró en la dirección que le señalaron. -Se llama Connor es el sobrino de Paty, se mudo aquí hace unos meses, cuando te fuiste Irina y él se hablaban mucho- Antes de que pudiera continuar, fue interrumpida por más personas para lamentar su perdida y sin querer molestar mas, solo se sentó.

Las horas pasaron y el entierro estaba sucediendo, bajando el ataud y sellando lo con cemento pero Myriam mantenía su mirada fija en su primer y único sospechoso, no quería perder ningún detalle de el, aunque era bastante común tenia el pelo negro y unos ojos morados bastante espeluznantes.
El tiempo pasó lentamente y ya no quedaba nadie en el panteón, Myriam no quería despedirse y mucho menos regresar a casa, aun después de la llamada de su padre, asi que solo se quedó allí, sentada en la tumba.
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